Así terminaba un bonito sábado de fin de semana de carnavales. Ya ser seleccionados en un certamen es un gran premio... mis compañeras arriesgan, como así lo han hecho en nuestra existencia los que forman parte de la Linterna Mágica, representando el texto de alguien no conocido y aprendiz en la materia de escribir teatro. Por eso ya somos premiados, cuando somos seleccionados junto a textos de los grandes del teatro. Pero os aseguro que aunque nobel, mis textos están llenos de sentimientos, de vida y de mi misma, porque intento poner la emoción y sobre todo el corazón. Supongo que unas veces con más acierto que otras. En este camino que recorremos no sólo somos premiados por ser seleccionados con un texto que nadie sabe de qué va, si no que además tenemos el placer de compartir cartelera con gente que lleva amando el teatro 54 años... que yo no quiero decir ni profesionales o no,,, pero está claro que algo más que el profesional que empiezan deben saber sobre lo cotidiano de las tablas, y de calzarse durante tantos años, los trajes de personajes distintos que cuentan distintas historias.. Así que dos veces premiados... pero si además, añadimos que al llegar al espacio teatral nos encontramos con dos profesionales como Benito (del cual no pude despedirme) y Coca, que estuvo a pesar de tener a su madre en urgencias, y que nos hicieron en todo momento sentirnos como en casa.. Tratarnos con una amabilidad inmensa pero a la vez profesional... sólo con mi Tato y mi Antonio, a los cuales sabéis que adoro, con mi Ramón, pero puedo decir que Benito se llevaría estupendamente con ellos. Y para terminar añadimos a Laura que a pesar de estar mala, estuvo con nosotros al pie del cañón, os puedo decir que somos tres veces premiados... pero encima y para rematar en estos tiempos complejos, la ayuda económica, llega nada más terminar de actuar, que más se puede pedir, cuatro veces premiados. Así que sí, nos hemos llevado otro premio, que nos da energías para seguir trabajando, mejorando e intentando hacerlo mejor... pero sin duda de Albolote nos trajimos cinco premios. Este mundo está lleno de caminos que recorremos como cómicos sin rumbo, hasta llegar a un pueblo donde de la nada esperan que compongamos un réquiem por un rey, un rey que sin duda ha muerto tras multitud de venganzas por alcanzar un trono. Pero el cómico recoge sus bártulos y deja en el pueblo sus personajes como si de mujeres de arena se tratara, despareciendo sin dejar más huella que el precio que pagaron por ver nuestra representación. Y es que nadie estaba junto al rey cuando lo mataron, pues todos estaban con los cómicos, aunque dicen que alguien escucho una voz que se dirigía al rey, ¡Muerto!, ¿quién te ha muerto?... y dicen las lenguas del lugar que el rey dijo.... la ignorancia, la soberbia y la falta de cultura.
Que nos volvamos a encontrar en el camino...
Que nos volvamos a encontrar en el camino...